miércoles, 22 de diciembre de 2010


Cuando se acerca está fecha tan importante me pongo a pensar en lo bueno y lo malo logrado este año, lo lógico sería contar cada fracaso, cada tristeza y aprender de ellas, la verdad es un tanto difícil aprender de un error, como también lo es aprender de una victoria, en un sentido comienzo a pensar en mi, se me cubren los ojos de lagrimas, a la vez siento alegría, esa alegría inmensa por vivir, por tener la oportunidad de mirar el cielo, la luz y a mi mismo en un espejo, la verdad es que los años pasan, mi virtud es tan vulnerable, la adicción al fútbol cada vez incrementa, no poder jugar como antes debería ser una pena que a la vez la veo cubierta por el amor, nunca he querido despojarme de lo más hermoso que me ha tocado vivir, paso día a día por esfuerzos notables, enfrentar vaya que es difícil, pero la fuerza, mi voluntad me dicen desde mi interior ¡Vamos mierda! La vida continua siendo ese mismo pasaje que recuerdo haber visto cuando Jesús me dio la oportunidad de respirar la segunda vez.

El intento más noble de felicidad es darse así mismo, cumplir tus metas ligadas a valorar cada detalle, pensar que todo es posible si tú actitud es la necesaria para vencer, cada estaca en el camino no es más que una ayuda que te permite pensar, reflexionar y ver si estás actuando de la forma correcta.

Nada es imposible ni ser feliz al término de un año, tienes vida, lo tienes todo.

Valora cada detalle mínimo, lo menor muchas veces puede salvar tú vida llegando a ser lo más grande.

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